* Concierto en Valladolid *

El ritmo salsero del vitoriano Raúl eleva la temperatura en la Plaza Mayor hasta el punto de ebullición del baile
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Carteles con su rostro en blanco y negro, portadas de sus discos hechas camiseta, peñistas trepadores encaramados en las farolas y sobre todo un griterío ensordecedor. Así recibió ayer Valladolid al cantante vitoriano Raúl, todo seducción -vaporosa camisa blanca, pantalón negro ceñido- y ganas de agradar, hasta el punto de prometer «entretenimiento del bueno, que he venido aquí para que disfrutéis».
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Sus fans le oyeron hablar justo después de que interpretara Baila, la canción con la que inauguró su concierto de anoche en una Plaza Mayor hasta la bandera, repleta de adolescentes en primera fila y familias con niños situadas estratégicamente detrás. Todos demostraron que estaban locos por él, y él les correspondió con Estoy tan loco por ti, un tema extraído de su segundo y hasta ahora último disco, Haciendo trampas.
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Con el ritmo salsero de Ámame, bésame, siénteme Raúl Fuentes Cuenca -ése es su nombre real, recortado por exigencias de la afición- terminó de meterse al público en el bolsillo, al que dedicó numerosos gestos de complicidad y una balada, Sigues aquí, hasta ahora la única que lleva su orgullosa firma de compositor.
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Hubo que esperar diez canciones para llegar al pegadizo éxito que le lanzó a la fama, Sueño con tu boca, tan coreado que en más de una ocasión el artista ofreció simbólicamente el micrófono a la concurrencia, aupada a la cumbre de la diversión por una coreografía ya famosa que recordaron desde el escenario dos esbeltas bailarinas.
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Veneno, Fue una locura, Volar contigo, Susana, Quiero -«¿Queréis más?», preguntó justo después para obtener un atronador «¡sí!» por respuesta- y Si tu quisieras fueron otros títulos que sonaron a partir de las 22.05, con Maldito corazón' como la canción de la despedida. Eran las 23.50, y nadie quería irse sin escuchar Prohibida, que sonó como uno de los dos bises que ofreció Raúl antes de marcharse definitivamente cuando el reloj marcaba la medianoche.
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Movimiento frenético
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Raúl no paró un momento sobre el escenario, y eso lo saben sus fans, que no perdieron detalle de sus movimientos durante las dos horas justas que duró el concierto. La coreografía de Sueño tu boca fue la que más secundó el público -sobre todo los situados en primera línea-, que no pararon de agitar los brazos y corear cada una de las veinte canciones que interpretó el artista vitoriano.

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.ENTREVISTA

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El joven artista vitoriano lleva a la Plaza Mayor sus conocidas canciones y sus cálidos movimientos
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En la trastienda del reconocimiento nacional. Hoy, a las diez de la noche, Raúl y su séquito de músicos y bailarines harán bailar y suspirar a numerosas fans procedentes de toda la provincia.
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-Usted empezó colocándose un hit bastante alto. ¿Le ha costado mucho dejar de soñar su boca y pasar a otro éxito?
-No, la verdad. Yo he sido el primero que quería renovarme a mi público y abrirme a un segundo trabajo lleno de posibilidades. Creo que este último disco, ?Haciendo trampas?, ha corroborado lo que ya anuncié en mi debut. Hemos hecho todos un buen trabajo y por eso mismo, hemos logrado convencer al público.
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-Había muchos que decían que no iba a durar más de un verano...
-Sí. ¡Y mira...! (risas)
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-¿Cómo ha asimilado usted el éxito y el pasar del mundo de la moda a ser ídolo de la canción?
-Fue un cambio bastante brusco. De trabajar en mi Vitoria natal a ser conocido en toda España, pues te puedes imaginar. Ha sido algo que he elegido hacer y que me ha salido bien. Dedicarme al mundo de la música es lo más genial que me ha podido pasar. De lo de la moda se han dicho muchas mentiras. Yo no me he subido a una pasarela en la vida. Lo único que me pasó es que estuve a punto de presentarme a Mister Vitoria y, al final, la delegada del concurso en Euskadi me ofreció como cantante y no como modelo. A partir de ahí llegó todo.
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-Le han comparado con los cantantes Chayanne y con Raphael. ¿Quién le gusta más?
-Y con Ricky Martin, y con Camilo Sesto... Con mucha gente me han relacionado artísticamente. Admiro a todos y a cada uno de ellos, en especial a Camilo Sesto, que es a quien más he oído. No me molesta que me comparen con nadie, siempre que sea de modo constructivo.
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-El baile está muy presente en sus shows y en sus vídeos... ¿De dónde le viene esa afición por las coreografías?
-Mi música está repleta de ritmos latinos y de música dance. Está claro que eso requiere bailes y movimientos. Me gusta que la gente disfrute danzando y agitándose. Aunque también tengo baladas.
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-¿Le atrae el mundo del famoseo, Le veremos algún día en Tómbola?
-Para nada. Creo que mi carrera está en el mundo de la música. Me han ofrecido ir a programas de ese tipo, así como acudir a fiestas de petardeo. No me gusta ni me atrae. Quiero que mi vida privada se respete. Además, siempre que me pregunten que si tengo novia voy a decir que no. Aunque la tenga.
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-¿Y Tiene usted novia?
-Pues no (risas). No, en serio. Ahora mismo, no tengo nada.
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-¿Se lamenta de que en su día Serafín Zubiri le arrebatara ir a Eurovisión?
-No. Mi carrera en el mundo de la música ha ido bien, sin necesidad de concursar en festivales. Además, en aquella ocasión se me abrieron muchas puertas aunque me quedara en el número dos de los aspirantes.
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-¿Tiene club de fans en Valladolid?
-De momento, no. Pero tengo muchos amigos que puedo considerar casi como de la familia. Recuerdo bastante mi primer concierto en la sala Mambo de Valladolid. Había como un ambiente de premonición de lo que luego sucedió.