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¿Pensaba Raúl llegar donde está cuando comenzó con 22 años?
No, en aquella época cantar era sólo una afición. Nunca pensé que llegaría hasta donde hoy estoy.
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¿Y en cuanto al estilo de música?
Yo soy más baladista. Pero un artista debe basarse en algo más que en canciones de medios tiempos. Estos temas que ahora canto me fascinaron cuando comencé.
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Un primer disco de éxito y en menos de un año sale el segundo álbum, ¿cómo ha sido este trabajo?
Al principio estás un poco perdido y no tienes las ideas muy claras. Después de un año ya tienes los objetivos claros y se nota el cambio. Llevaba muchos años escribiendo pero necesitaba el apoyo y confianza en mí mismo. Ahora, con la ayuda de José Antonio Ogara han salido letras y música.
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¿Tanta letra de amor surge de dentro o ya es algo que tiene que hacer para un público ávido de estos mensajes?
Yo ante todo elijo y escribo temas con los que me sienta identificado y sea capaz de defenderlos. Hay que ir evolucionando y en este segundo disco hay canciones que intentamos destacar más para que el público cambie el chip que tiene de Raúl.
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Después de tanto éxito, ¿le ha dado miedo el encasillamiento?
No, ha sido todo en menos de un año y la gente se ha creado un concepto de mí que no puede estar muy afianzado. Por eso intentamos darle una vuelta. Ahora ofrezco algo más para que vean que Raúl es algo más que un cantante de música latina, un cantante de fenómeno fan.
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¿Cómo se asume todo ese follón de la fama, tan de repente?
Es algo que pasa, llega y tú estas ahí, trabajándolo y punto. Procuro centrarme en mi trabajo y disfrutar con cada experiencia.
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Me han contado que en dos años sólo ha tenido dos días de vacaciones...
Poquito tiempo... porque hemos empalmado un disco con otro.
Se desconecta muy bien con las giras de México o Estados Unidos. Ha sido agotador pero disfrutando, porque si no fuera así, no se podría continuar.
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Me gustaría que contestase a aquellos que le acusan de ser un producto de márketing.
Creo que quien habla así es porque no me ha oído cantar. Ahora he estado haciendo conciertos básicos, en directo en distintas emisoras porque me apetecía, se lo debía a mis fans y de alguna manera para acallar ciertas críticas. Pero no me preocupa mucho, quien realmente me ha ido a ver a un concierto, sabe que canto bien.
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Detrás de esa imagen de chico bueno, que "gusta a las madres", ¿hay algo más divertido?
Soy un chico normal. Sí es verdad que la imagen que se ha dado es esa, pero no tiene mucho sentido por el baile o la música que hago, que es bastante provocadora.
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¿Cómo se lleva con sus fans?
Muy bien, es halagador. Te brindan su cariño y me gusta disfrutar de sus opiniones y de sus ideas.
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¿Se liga más siendo Raúl, el cantante?
No, das un poco de miedo. Las chicas se te lanzan pero luego guardan cierta distancia.
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¿Cuáles son los últimos discos que ha comprado?
El último de la Dúrcal o el de Antonio Orozco.
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Cuando sale por la noche no bailará usted como en un escenario...
Me muevo un poquito porque notas que la gente te mira. Y si ponen alguna de mis canciones, entonces no bailo.

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